¿Sabes qué es el intercambiador de una caldera? Seguramente alguna vez hayas oído hablar de él cuando has analizados los distintos tipos de caldera que hay. En este post te lo explicamos todo sobre este elemento.
¿Qué es el intercambiador de una caldera?
El intercambiador de una caldera de gas es el elemento encargado de permitir el cambio térmico en el interior de tu caldera. De esta manera, tus productos pueden pasar de la combustión al final de la cámara y, con ello, aprovechar el calor residual por la condensación del vapor.
Dentro de los tipos de intercambiador que hay para una caldera destaca el intercambiador de placas. Este elemento consiste en varias placas metálicas unidas, por una junta, formando unos pasillos que conectan entre sí.
Por estos pasillos circula el agua y están pensados para transferir calor entre dos zonas que están separadas por una barrera. cada placa consta de cuatro orificios, dos para líquido frío y dos para líquido caliente.
Cada fabricante lo puede ubicar en una parte distinta de la caldera pero, normalmente, suele aparecer en la parte superior de la misma.
Tipos de intercambiadores de placas
Una vez que ya sabemos que es el intercambiador de una caldera, ahora vamos a conocer los distintos tipos que podemos encontrar. Podemos encontrar tres clases: intercambiador de condensación, intercambiador primario e intercambiador de placas. Dentro de este último, observamos que existe un modelo soldado y un modelo atornillado.
Soldado
Suelen emplearse para transferir energía térmica entre fluidos actuando de forma independiente, en contracorriente. Además, lo hace evitando la mezcla de fluidos. Su coste suele ser menor que los atornillados, pero solo están disponibles para determinados trabajos.
Atornillado
Los modelos soldados tenían sus placas soldadas entre sí; por su parte, los atornillados están unidos por juntas herméticas mediante pernos. De esta manera, el calor se transfiere de manera más eficaz.
¿Y cómo funciona?
Independientemente de si es verano o invierno, el intercambiador de una caldera actúa de la misma manera. Su funcionamiento arranca cuando el agua entra desde el retorno del circuito del ACS al intercambiador de condensación. Allí, se precalienta y circula hasta el intercambiador primario y de ahí al intercambiador de placas.
En el caso del invierno, donde es necesaria utilizar la función de calefacción, el ahorro de las calderas de condensación es mayor; además, son más eficientes. En estos modelos, el agua que viene desde el retorno del circuito entra y circula por todo el intercambiador primario logrando, cuando sale, la temperatura de la casa que deseas.
¿Por qué es tan importante un buen mantenimiento?
Es fundamental realizar un buen mantenimiento y revisión de tu caldera, para evitar fugas o averías. La suciedad o el sarro pueden restar eficacia a tu intercambiador y dañar tu equipo; lo más recomendable es, que si sientes alguna variación en la eficacia energética de tu caldera, lo comuniques a los profesionales para solucionarlo lo antes posible.
A continuación te damos algunos consejos que pueden ayudarte a prevenir estos daños:
- No dejes el vapor encendido con el lado del líquido apagado. Debe ser el primero en apagarse y el último en activarse.
- No abras ni cierres las válvulas de forma inesperada. Este gesto puede provocar choques térmicos y mecánicos que deriven en una avería de tu caldera.
- Enciende las bombas con las válvulas cerradas, nunca al revés.
- Si crees que ha habido algún golpe, ponte en contacto con técnicos que puedan analizar tu caldera para evitar daños mayores.
Si a pesar de todo ello crees que tu caldera ha perdido eficacia y ya no funciona como antes, lo mejor es que optes por pedir presupuesto para cambiarla por una nueva.