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Los radiadores canalizan el agua caliente y el vapor para generar el calor que aporta ese confort que todos deseamos para los días de frío. Pero lo hace de forma regulada y equilibrada. En esto interviene de forma directa un elemento: el detentor. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Cómo y cuándo abrir y cerrar el detentor del radiador? Vamos a explicaros todo sobre este dispositivo clave en el buen funcionamiento de tu calefacción.

Qué es el detentor del radiador

Todo radiador, independientemente de su antigüedad, cuenta con un dispositivo situado en uno de los extremos inferiores del radiador.

Su función es sencilla y básica: regular el caudal de agua que entra y sale del radiador. O lo que es lo mismo, equilibra el agua en los elementos de aquel.

Al regular el caudal que sale del radiador permite mantener el confort de cada estancia de forma independiente, y sin que esto afecte a la distancia entre la persona y la fuente de calor.

Por otra parte, resulta muy útil cuando se va a hacer el mantenimiento de la calefacción, o se va a sustituir y/o reparar cualquier elemento, ya que evita tener que vaciar todo el circuito, con los riesgos que esto supone.

Cuando se produce la instalación de una calefacción, los técnicos dejan totalmente abierta esta llave de entrada. Abrir y cerrar el detentor del radiador entra en juego a posteriori para regular el caudal con la ayuda de una llave.

Regular el sistema: cómo y quién debe abrir y cerrar el detentor del radiador

En términos generales, debe ser el instalador o el técnico de la calefacción el responsable de abrir y cerrar el detentor del radiador.

¿Por qué? Aunque, como veremos, la base la puede ejecutar el usuario, el profesional realiza además del equilibrado una medición de temperaturas entre idas y retorno que te garantiza que todos los radiadores calientan por un igual.

abrir cerrar detentor

Esto se debe a que esta toma de temperatura permite calibrar el desajuste del salto térmico entre los radiadores.

¿Significa esto que el propietario no puede hacer una intervención en él? No. Ni mucho menos, aunque abrir y cerrar el detentor del radiador requiere una base de conocimiento.

La mayoría de los detentores quedan ocultos en una tapa. Para acceder a ellos, solo hay que desenroscarla y utilizar un destornillador plano o una llave allen, según el modelo, para abrir o cerrar el detentor del radiador. 

Para abrir la salida de caudal, girar el detentor en sentido contrario a las agujas del reloj; para cerrar, el giro se hará en sentido contrario.

Detentor abierto o cerrado: qué es mejor

Insistimos en que lo óptimo es que la manipulación del detentor del radiador corra a cargo del profesional. Es lógico, pues, que te preguntes si es mejor abrir o cerrar el detentor del radiador.

La respuesta es un tanto ‘gallega’: depende. Lo ideal sería que la posición de este dispositivo permita a todos los radiadores calentar por igual.

En el punto inicial de la instalación, esta regulación la ejecuta el técnico, pero si optas por hacer un mantenimiento casero del sistema, tendrás que regular el flujo tú mismo.

detentor qué es

Para ello, cierra poco a poco el detentor de los radiadores que calientan más. Normalmente con un par de vueltas suele ser suficiente.

Equilibra los que no calientan tanto (comprobando previamente que no hay aire en los elementos y que no es la causa de esta disfunción), abriendo el detentor. Hazlo también paulatinamente hasta conseguir ese equilibrio tan necesario para el confort de la vivienda y el buen funcionamiento del sistema.

Es importante no desesperarse: es un proceso que lleva tiempo. Con cada acción hay que dejar que el radiador caliente o enfríe para comprobar si el equilibrado es el adecuado. No te precipites.

¿Por qué es importante el detentor?

¿Tan importante es y saber cómo abrir y cerrar el detentor de un radiador? En las calefacciones más antiguas y en las centrales tradicionales, este elemento no estaba, complicando cualquier reparación en cualquiera de las viviendas (sobre todo en las comunidades de vecinos).

Sin un sistema de regulación, no se puede aislar el problema de todo el circuito, por lo que la actuación afectaba a todos, con los inconvenientes que esto generaba.

Si hay avería, o se desea cambiar un radiador, se debe vaciar todo el circuito del agua. Esto introduce dos riesgos: oxígeno y agua más corrosiva, que puede dañar las tuberías y los aparatos (calderas incluidas).

Consecuentemente, durante todo ese proceso, todos los afectados están sin calefacción en sus viviendas.

Así pues, en realidad contar con un detentor en cada radiador y saber cómo abrir y cerrar su sistema facilita encontrar y solucionar cualquier contratiempo de forma aislada y protegiendo al máximo el circuito.

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