La caldera de gas y la bomba de calor han sido de los sistemas de calefacción más empleados en los últimos años en muchas viviendas españolas. Ambos tipos de equipo proporcionan calefacción y un ACS muy bueno. Por ello, te queremos mostrar cuáles son las diferencias entre ambos y, por qué no, determinar cuál es la mejor opción: si calefacción o bomba de calor.
Características técnicas de ambos sistemas
Gracias al desarrollo y los avances en la tecnología, en las viviendas actuales podemos disfrutar de un óptimo confort térmico a diario. Esto se consigue gracias a sistemas que nos ayudan a mantener y mejorar las temperaturas en el hogar.
Una pregunta usual de los usuarios es cuál de estos dos sistemas les beneficia más en el hogar en términos energéticos y económicos, si calefacción o bomba de calor. Para ayudar, vamos a hablar de cada uno de ellos y compararlos en función de factores como la potencia, la eficiencia energética o la emisión de contaminantes, entre otros.
Bomba de calor
La bomba de calor nos ofrece calefacción y refrigeración mediante la extracción del calor del aire del ambiente. Está compuesto por un circuito por el que viaja un gas refrigerante que ayuda al aparato a aprovechar el calor del exterior para calentar la vivienda.
Este sistema se caracteriza porque tiene un alto rendimiento si lo comparamos con otros sistemas de calefacción. Dispone de un valor COP entre 2 a 6 (lo común es 4). En otras palabras, por cada 1 kWh que consume, puede producir unos 2- 6 kWh de calor y conseguir un rendimiento del 600%.
Por otro lado, no consume combustible fósil o materia prima, por lo que no produce contaminantes que van al exterior. Y eso hace que sea doblemente eficiente y sostenible.
Caldera de gas
La caldera de gas es un sistema conocido por usar el calor generado por la combustión. Gracias a las canalizaciones, se introduce el gas que, tras combustionar, libera calor y que se transmite mediante un intercambiador de calor por el que circula el agua. Esto lo convierte en óptimo para calentar el agua sanitaria (aparte del ambiente del hogar).
En cuanto a su funcionamiento, algunos modelos permiten utilizar un acumulador en la caldera que mantiene el agua caliente que supone un ahorro considerable.
Comparación: calefacción o bomba de calor
Si hacemos una comparación entre la calefacción o bomba de calor, la bomba de calor tiene ventaja frente a las calderas. Los objetivos de descarbonización para el 2050 hacen que la balanza se incline hacia la bomba de calor. Pero, por otro lado, también tenemos que valorar otros factores como el rendimiento, el uso, el tipo de combustible o el mantenimiento y que pueden hacer que la balanza no tenga tanto equilibrio.
Combustible fósil
La realidad nos dice que los combustibles fósiles irán cayendo en desuso ante los objetivos de descarbonización para 2050. En este sentido, la bomba de calor es una solución efectiva si queremos seguir esta iniciativa. Y es que este sistema produce un COP de 1 kWh que puede convertirse en 4 kWh y eso supone una gran eficiencia y eficacia.
Por otro lado, la caldera de gas es una alternativa más costosa, ya que el gas natural como combustible no es barato y para conseguir 1 kW se necesita gastar más combustible. Para hacernos una idea, una caldera de gas puede suponer un gasto de 50-60 €, mientras que una bomba de calor rondará los 40-50 € al mes.
Coste de instalación
El consumo energético es importante, pero también lo es el coste o el desembolso en la instalación. Ambos sistemas ocupan poco espacio y necesitan áreas ventiladas. La caldera requiere de una instalación más cuidada para evitar fugas en las tuberías, mientras que la bomba de calor, en ese sentido, es más segura.
En cuanto al coste, la bomba de calor ronda entre 2.000 a 6.000€ (sistema más mano de obra), mientras que la caldera tiene un coste entre 1.000 a 2.000€.
Rendimiento
Si hablamos de rendimiento, la bomba de calor gana por goleada. Para hacernos una idea, tiene un rendimiento de 4, mientras que la caldera de gas más eficiente tiene 1.09 más o menos. Aunque no cabe duda que la caldera es el método más rápido para calentar el agua.
Así mismo, la bomba de calor tiene deficiencias en los cambios en la temperatura. Por ejemplo, la caldera no depende de la temperatura ambiente para funcionar óptimamente, mientras que el otro sistema no puede funcionar a pleno rendimiento si la temperatura ambiente es menor de 5ºC o superior a 35ºC.
Emisiones CO2
Las emisiones procedentes de una caldera doméstica de gas natural eficiente crean en torno a 215 g de CO2/kWh. Esto hace que otros sistemas que generen menos contaminación sean mejor opción. En este sentido, en la bomba de calor cada kWh aporta varios kWh térmicos.
Mantenimiento
Al instalar un sistema en nuestra vivienda buscamos que nos dure por muchos años y que su mantenimiento sea sencillo. En este sentido, la bomba de calor no necesita un gran mantenimiento y puede durar décadas. Sin embargo, la caldera de gas requiere de un mantenimiento más complicado y continuado.
Si no se realiza en la caldera un mantenimiento óptimo, podría fallar y dejar sin abastecimiento de ACS y calefacción durante la época invernal, cuando su uso es mayor.
Niveles de eficiencia
Valorando el nivel de eficiencia ganaría la bomba de calor. Esta tiene valores de COP alcanzando hasta 6, en algunos casos. Esto hace que se considere un sistema de alta eficiencia y respetuoso con el medio ambiente, puesto que tiene un aprovechamiento de la energía óptimo.
En conclusión, comparando ambos tipos saldría más rentable y eficiente usar un sistema de bomba de calor. Aunque, como siempre, todo dependerá de las circunstancias y necesidades de cada persona la elección de calefacción o bomba de calor.